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%T Reichenbach: el empirismo se quedó sin inducción
%A Maldonado-Veloza, Fabio
%J Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales
%N 167
%P 11-34
%V 41
%D 1997
%@ 2448-492X
%> https://nbn-resolving.org/urn:nbn:de:0168-ssoar-60027-0
%X Ser empirista consecuente significa tomar como base del conocimiento la experiencia, y si el empirista propone la inducción como método para conocer, entonces tiene que abandonar su "exceso" de experiencia y su empirismo radical. Esto se debe a que la inducción es un método no analítico que no puede ser considerado como un producto de la experiencia y, si no se basa en ella, entonces no es correcto afirmar que ésta sea la fuente exclusiva del conocimiento. De ahí su dilema: si admite el principio inductivo, debe abandonar su empirismo radical; si defiende su empirismo radical, debe abandonar el principio inductivo. Reichenbach aseveró que el abandono de la inducción por parte del empirista conduce a la aceptación de la imposibilidad de predicción. Por lo tanto, se le están poniendo límites al conocimiento y esto puede conducirnos al agnosticismo. En todo caso, Reichenbach no compartió el "quietismo" de Hume. La solución de Hume no fue correcta; fue psicológica, y si el problema de la inducción continuaba intacto, Reichenbach propuso aceptar la solución incorrecta de Hume y averiguar más bien si se trata de un buen o un mal hábito. Propuso utilizarla para validar teorías. Es decir, asoció la inducción al contexto de la validación. El autor propone que tal salida sigue siendo psicológica: se sigue huyendo del problema lógico para no renunciar a la inducción.
%X For a true empiricist, knowledge can only be derived from experience. If an empiricist were to propose induction as a method for apprehending, then the experience "excess" of radical empiricism would be forsaken. This because induction is a non-analytic method that cannot be considered as a yield of sense experience, and if not based on experience, it would then be incorrect to advócate experience as the solé source of knowledge. Thus the dilemma of the radical empiricist: if the principie of induction is acknowledged, radical empiricism is abjured; if radical empiricism is upheld, then the principie of induction needs be abandoned. Reichenbach argued that by forsaking induction the empiricist must then accept prediction as impossible, thereby limiting knowledge and enticing agnosticism. In any case, Reichenbach did not acquiesce to Hume's "quietism". Hume’s solution was not corred, it was psychologycal; wherefore the question of induction remained unaffected. Thus Reichenbach propounded to accept Hume's incorrect solution at that, and in any case inquire whether induction was a good or a bad habit. Reichenbach's proposal was to use induction to valídate theories, that is, he linked induction to the realm of validation. The author contends that this other solution is still psychological, and that the logical problem is being eluded in order not to relinquish induction.
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